domingo, 15 de febrero de 2009

El 93% ¿Lo sabía?

Una amiga y compañera de sobresaltos en la lucha ciudadana me ilustra con la experiencia de empresarios de éxito que hacen compatible su función económica, con la social, relativa a la formación de sus empleados y a sus responsabilidades medioambientales. Bien es verdad que estas funciones sociales redundan en beneficio de la empresa, pero no cabe duda de que producen asimismo externalidades positivas de las que se beneficia la sociedad entera al tener profesionales más productivos y ecosistemas más sostenibles.

Pero las empresas no pueden ir mas allá de funciones sociales que tengan un sentido económico. Entre otras cosas porque el precio de los productos que fabrica una empresa no lo determina ésta, ¡que más quisiera ¡ sino que el precio lo pone el mercado. Una empresa que tuviera una consideración social acerca del número de años de antigüedad de un empleado y no su nivel de productividad se encontraría al final del día, mes o año, con productos más caros que sus competidores e imposibles de colocar por tener un precio de salida superior al del mercado. ¿Podría la empresa haber sido previsora y haberse dotado de unos fondos de contingencia para el día que tuviera que mantener a empleados improductivos por el hecho de que sí hayan sido productivos con anterioridad? Ciertamente, podría, pero a costa de repercutir ese coste en los productos que fabrica, lo que nos vuelve al bucle anterior: producción invendible con costes por encima del precio de equilibrio de mercado.

¿No podría el empresario hacer acopio de fondos de contingencia de sus propios beneficios contables? se podría argumentar. Pero resulta que, de así hacerlo, los recursos financieros y económicos propios obtendrían mayor rendimiento en la bolsa o cualquier otro sistema especulativo y no productivo con lo que terminaríamos sin emprendedores ni empresarios que generaran empleo. No olvidemos que un pequeño empresario rara vez genera beneficios extraordinarios. La mayor parte de las veces cubre costes salariares, de producción y genera su propio sueldo tras atender los costes financieros a los que casi siempre hace frente hipotecando sus bienes o los de su familia. Es decir asumiendo riesgos que otros rechazan.

Lo que no es de recibo es que los políticos sigan tratando de desviar la atención de su ineficacia hacia los empresarios. En época de elecciones se les llena la boca prometiendo empleos ‘a gogo’ y cuando se observa que su ‘constructivismo social’ no les funciona con la cosa económica, entonces, la culpa la tienen ‘todos’ esos empresarios sin conciencia. No salvan ni uno. Bueno sí, al señor Botín que les debe parecer muy ‘social’. Al resto, todos en el mismo saco. Grandes y chicos. Les da igual. Es algo así como comparar una multinacional con poder de dominio en el mercado y que eventualmente pudiera fijar precios, con cualquiera de las cerca de tres millones de empresas que hay en España con menos de 9 empleados (conocidas como microempresas y que suponen alrededor del 93% de empresas censadas en España. Ver anexo 1). Vamos, para que me entiendan los políticos, es como si comparásemos el poder de un partido como la Xunta Aragonesista, con 1 diputado, con el PP o el PSOE, con decenas de ellos, sus obscenidades clientelares y su legendaria tradición por escurrir el bulto cuando no cumplen lo que prometen.

Lo que tampoco es de recibo es que la función social se la asignemos en exclusiva a los productores mientras los consumidores se van ‘de rositas’. No en vano, los consumidores somos los que primero nos hemos beneficiado durante años de los productos más baratos fabricados ‘por ese empleado que lleva tantos años en la empresa’ gracias a no incluir en el precio final el coste social de mantener a ese empleado en la eventualidad de que deje de ser productivo.

¿Compraría usted un producto más caro con una etiqueta que indicara ‘el precio de este producto es más caro que el fabricado en Fogo porque allí no existe tasa medioambiental ni costes de seguridad social para el empleado’? ¿Compraría usted un producto más caro por el hecho de que le indicaran que se van a mantener en la empresa 20 empleos improductivos de personas que llevan trabajando en la misma 20 años? Es posible que muchos dijeran que sí cínicamente y otros, los menos, dijeran que sí convencidos de que pueden llevar a cabo tal acto de compromiso social. Pero al final del día, una familia quiere obtener el máximo provecho de sus recursos. Quiere que haya para la natación de Juanita y para los patines de Pablito, para el ordenador de Maria y para invitar a cenar a los amigos. ¿Y como se consigue? Pues no mirando esa etiqueta invisible ‘made in países emergentes’ que ninguno quiere ver pero que todo consumidor sabe que existe debajo del ‘made in Europe’. Aunque nos estemos cargando ese sistema social que tanto reclamamos y exigimos.

Eso sí, no se meta con los consumidores que con la excusa de que nos expolian a base de impuestos indirectos nos ponemos muy irritables y la emprendemos contra los productores, esos seres indignos que viven del trabajo de sus empleados (adagio del universo español). No trate usted de repetir hasta la saciedad que el 93% de las empresas en España tiene menos de 9 empleados, que salen adelante gracias a un emprendedor con mas moral que ambición, con un supersalario de autónomo que no le protege ante eventualidades de salud o recesión imprevisible. No intente explicarlo porque nadie le escucha. Mientras, las cifras siguen ahí, evidenciando una realidad que muy pocos quieren ver. Si usted es uno de los pocos que quiere ver y oír no deje de leer el anexo adjunto y sacar sus más que interesantes conclusiones.

Pilar Garcia Jauregui

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No, no sabía que el 93% son pequeñas empresas o autónomos. Si es esa cantidad, que es una buena cantidad, y los bancos no dan créditos con el dinero que ZP les ha proporcionado, es una barbaridad lo que está pasando.

Apostata dijo...

Perdón por el offtopic:

"Os comunico que acabo de crear un grupo llamado "En UPyD no se están haciendo las cosas bien", cuyo enlace es el siguiente:http://www.facebook.com/home.php?ref=home#/group.php?gid=70162645742No pretendo liderar este grupo, y de hecho los primeros que queráis participar en él recibiréis derechos de administrador. La cuestión es sencilla. En UPyD se está censurando y aislando a quienes mantienen ideas u opiniones críticas sean las que sean. Son muchos los compañeros expedientados, y muchos también aquellos a los que se les ha "retenido" el proceso de afiliación por razones absolutamente arbitrarias. La idea de este grupo es sencillamente acumular todas estas experiencias de manera que nos podamos hacer una idea de conjunto sobre la manera en que se está actuando en nuestro partido.No es posible que un partido que aspira a regenerar la vida democrática impida que sus afiliados y simpatizantes se expresen libremente. Por ello, os pido a quienes hayais sufrido algún tipo de exclusión o sanción o hayáis presenciado irregularidades en vuestras coordinadoras, que participéis con vuestra experiencia en este grupo. Eso sí, os pido que lo hagáis con absoluta corrección, ya que no se trata de insultar al partido alegremente o vengarse de vuestros enemigos personales, sino de aportar datos para que determinadas cosas que no deberían de ocurrir en UPyD acaben siendo corregidas.Gracias a todos y un saludo. Os espero."

Apostata dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Enrique dijo...

Me parece bien la idea, pero no estoy en facebook y no tengo intención de registrarme. Me satura un poco este tipo de mensajería. Espero que te de buenos resultados.
Enrique