miércoles, 11 de febrero de 2009

5000 x 500

El pasado sábado la gente salio a la calle en defensa de su lengua. Los gallegos lo hicieron en Santiago al llamado de Galicia bilingüe, los catalanes en Barcelona convocados por Ciudadanos. La respuesta fue inversamente proporcional a la demografía. En Santiago se aglutinaron 5.000 personas en Barcelona 500. ¿Que sucede en Cataluña que el personal no se adhiere masivamente a las convocatorias de las organizaciones cívicas que velan por la lengua española?. Este fenómeno se viene repitiendo desde lo del Tivoli y hay que buscarle la explicación al desdén.

Está aceptado hasta por los más acérrimos catalanistas que el idioma español es el más hablado en el principado. Es también pacifico que la mayoría de los habitantes de Cataluña tienen orígenes en otras regiones de habla y cultura netamente española. Asimismo consta que los medios de comunicación más auditados son los que se expresan en la lengua cervantina. Luego, que impide que esta millonaria población no salte como un resorte en cuanto el común vinculo de comunicación es despreciado, afrentado y segregado. Por que este aquietamiento, esta insensibilidad colectiva. ¿Será que el común no percibe que se le están socavando sus derechos y desterrando su cultura? o ¿será que han sintetizado su conciencia de ser españoles y se sienten catalanes a todos los efectos?.

No tengo la respuesta, lo confieso, pero creo que la explicación a ese fenómeno sociológico hay que buscarla en la carencia de elementos aglutinadores del colectivo que se arrastran desde el tardo franquismo. Individualmente se consideran participes de lo español, colectivamente no son nada, votan cuando les llaman. Si te comunicas con los tuyos en español, si el uso de este idioma no te impide ejercer tus tareas, si dispones de entretenimiento en esa lengua, que te puede importar que tengas que informarte, obligarte, enterarte, desplazarte, culturizarte en catalán. No te preocupes, cumple con el precepto lingüístico y en lo demás disfruta, deja que las instituciones se preocupen de la enseñanza, la sanidad, los transportes, la fiscalidad, lo público en general. El individuo ha delegado con su opción y se desinteresa de la gestión. No percibe que una administración en catalán le sea perjudicial.

Este es el panorama ante el que enfrenta el llamamiento de los que se sienten agredidos por la intervención administrativa de los poderes públicos en lo concerniente a la lengua. En el supuesto de que se reciba el mensaje, es difícil que los miembros de aquel colectivo que transfiere todo sin reservas a las instituciones catalanizantes, se sientan identificados con el agravio. Lo más probable es que piensen que el problema no va con ellos.

La reflexión me lleva a pensar que la lengua no será argumento suficiente para movilizar a colectivos durmientes, única fuerza capaz de ser tomada en consideración, mientras tanto la lenidad dará argumentos a los que se excusan con el manoseado: “no existe en Cataluña conflicto lingüístico alguno”.

Fernando Blazquez

No hay comentarios: